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Una palabra dicha a su tiempo es como manzanas de oro con adornos de plata – Proverbios (Bíblico)

Creado el: 1 de mayo de 2025

Una palabra dicha a su tiempo es como manzanas de oro con adornos de plata. — Proverbios (Bíblico)
Una palabra dicha a su tiempo es como manzanas de oro con adornos de plata. — Proverbios (Bíblico)

Una palabra dicha a su tiempo es como manzanas de oro con adornos de plata. — Proverbios (Bíblico)

Valor de la Oportunidad

El proverbio subraya la importancia de elegir el momento adecuado para hablar. Una palabra acertada dicha en el instante preciso puede tener un impacto inmenso, como cuando Abigail intervino para evitar el derramamiento de sangre entre David y Nabal (1 Samuel 25), mostrando cómo el buen juicio oportuno puede cambiar destinos.

Belleza y Preciosidad de las Palabras

Comparar la palabra oportuna con 'manzanas de oro con adornos de plata' resalta su rareza y valor estético. Así como un regalo precioso se aprecia más por su presentación y significado, una frase bien dicha puede elevar el ánimo o resolver conflictos, como lo refleja Esopo en la fábula donde una zorra calma a un león con sabias palabras.

Sabiduría y Prudencia

El libro de Proverbios aconseja una comunicación sabia, guiada por la prudencia y la reflexión. A menudo, el silencio se valora más que las palabras innecesarias, como enseña el sabio Confucio: 'El silencio es un verdadero amigo que nunca traiciona' (*Lun Yu*). Así, saber cuándo y cómo hablar es señal de madurez.

Efecto Transformador

Las palabras correctas en el momento adecuado tienen un poder curativo o transformador, pudiendo consolar, motivar o reconciliar. En la historia de Nelson Mandela, una palabra conciliadora pronunciada tras años de encarcelamiento permitió la reconciliación nacional en Sudáfrica (Long Walk to Freedom, 1994).

Contexto Cultural y Religioso

El proverbio pertenece a la tradición hebrea, donde la sabiduría práctica y la comunicación efectiva son virtudes fundamentales. En las comunidades antiguas, la palabra justa era vital para mantener la paz y la justicia, tal como enseña el Talmud: 'El hombre debe pensar antes de hablar, para no herir con su lengua'.