Elegir Entre el Estrés y la Paz Cada Día
Creado el: 6 de mayo de 2025

Cada día trae una elección: practicar el estrés o practicar la paz. — Joan Borysenko
La Vida Como Una Suma de Decisiones Diarias
El enunciado de Joan Borysenko señala que cada jornada nos enfrenta a un punto de inflexión: podemos decidir cómo responder ante los retos diarios. Esta visión pone el énfasis en la constancia de las pequeñas elecciones, recordándonos que nuestra realidad se construye, en gran parte, por la suma de cada una. De este modo, se nos invita a adoptar una actitud consciente en lugar de actuar por inercia.
El Estrés: Una Costumbre Moderna
Al profundizar, vemos que el estrés se ha convertido en una reacción habitual frente al ritmo acelerado actual. Las exigencias laborales, familiares y sociales tienden a empujarnos hacia una respuesta automática de tensión. Referentes como Hans Selye, pionero en el estudio del estrés, ya advertían en el siglo XX sobre los riesgos de normalizar esta respuesta física y emocional. Así, Borysenko nos desafía a no tratar el estrés como inevitable.
La Paz Interior Como Práctica Intencional
Contrariamente, la paz interior es presentada no como un rasgo innato, sino como una práctica consciente. Filosofías orientales, como el budismo, recalcan la importancia de entrenar la mente para buscar serenidad incluso en la adversidad. Tal como señala Thich Nhat Hanh en sus enseñanzas, la paz es una habilidad que se cultiva con intención y atención plena.
Herramientas Cotidianas Para Orientarse Hacia la Paz
Para pasar de la teoría a la acción, existen numerosas herramientas: la meditación, la respiración consciente y la gratitud son solo algunas prácticas recomendadas tanto por expertos como por estudios científicos (Kabat-Zinn, 1990). Integrarlas en la rutina diaria ayuda a que, frente a un estímulo, optemos por la calma en vez de por la tensión, reforzando el mensaje de que la paz se puede elegir deliberadamente.
El Impacto de Nuestras Elecciones en el Entorno
Finalmente, es importante notar que elegir la paz no solo transforma nuestro bienestar personal, sino también el ambiente que nos rodea. Así como el estrés es contagioso, la serenidad también puede influir positivamente a los demás, creando entornos más saludables y armónicos. En última instancia, la frase de Borysenko nos recuerda nuestro poder y responsabilidad en la creación de una vida más plena, tanto para nosotros como para quienes nos rodean.