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El Arte de Avanzar a Través del Retroceso

Creado el: 7 de mayo de 2025

Para avanzar, primero debes estar dispuesto a retroceder. — Proverbio keniata
Para avanzar, primero debes estar dispuesto a retroceder. — Proverbio keniata

Para avanzar, primero debes estar dispuesto a retroceder. — Proverbio keniata

El sentido del retroceso como preparación

Este proverbio keniata nos invita, desde su primer instante, a ver el retroceso no como fracaso, sino como una etapa esencial en el proceso de avanzar. El aparente retroceso puede ofrecer perspectiva, recursos y sabiduría que serían inaccesibles siguiendo siempre adelante sin pausa. Tal como la naturaleza lo ilustra cuando el agricultor debe arar la tierra antes de sembrar, retroceder permite preparar el terreno para un avance más firme y seguro.

Lecciones de la naturaleza y el deporte

Siguiendo la analogía natural, pensemos en el salto de una gacela: debe inclinarse hacia atrás, generar impulso y luego lanzarse hacia adelante con mucha más potencia. Del mismo modo, en deportes como el boxeo o el atletismo, los movimientos de retroceso son estratégicos, usados para ganar equilibrio o energía antes de atacar o acelerar. Así, el retroceso es parte integral de una trayectoria orientada al éxito.

Sabiduría ancestral en la toma de decisiones

Continuando con el hilo cultural, muchas comunidades africanas practican la toma de decisiones consultando a los ancianos, valorando el pasado para afrontar el futuro. El proverbio keniata refleja esta integración de la experiencia previa en la construcción del porvenir. Tal como relata Chinua Achebe en ‘Todo se desmorona’ (1958), volver la mirada atrás permite no sólo aprender de errores, sino aprovechar lo aprendido como trampolín del cambio.

El retroceso en el crecimiento personal

En el plano personal, retroceder puede significar aceptar límites, pedir ayuda o replantear planes. Lejos de evidenciar debilidad, esta actitud implica humildad y apertura al aprendizaje. La psicología moderna, como plantea Carl Rogers en su teoría humanista, resalta que reconocer nuestras limitaciones iniciales facilita un crecimiento más auténtico y profundo, allanando el camino hacia logros significativos.

Integrar retroceso y avance: una visión equilibrada

Finalmente, integrar el retroceso como fase de avance nos conduce a una visión más realista y equilibrada de la vida. Tal y como el proverbio sugiere, estar dispuestos a retroceder requiere coraje y clarividencia. Al hacer espacio para la reflexión y la estrategia, se multiplica la eficacia de los pasos futuros. Así, el auténtico progreso se fundamenta en la capacidad de combinar movimiento hacia atrás y hacia adelante, en sintonía con los ritmos propios de nuestro devenir.