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Entre Oídos y Ojos: Sabiduría del Corazón y la Prudencia

Creado el: 19 de mayo de 2025

Incluso las paredes tienen oídos, pero el corazón tiene ojos. — Proverbio africano
Incluso las paredes tienen oídos, pero el corazón tiene ojos. — Proverbio africano

Incluso las paredes tienen oídos, pero el corazón tiene ojos. — Proverbio africano

Las paredes escuchan: la prudencia en la comunicación

El proverbio africano nos recuerda que incluso aquello que creemos secreto puede volverse conocido: "las paredes tienen oídos". Esta advertencia ancestral subraya la necesidad de discreción y cautela al hablar, especialmente en espacios donde la confianza puede ser relativa. Los relatos populares y la literatura oral africana están llenos de historias sobre cómo palabras imprudentes desencadenan consecuencias imprevistas, reforzando así la importancia social del silencio estratégico.

El corazón ve: sensibilidad y comprensión

En contraste con la vigilancia que exigen las palabras, el corazón aparece en el refrán como el órgano que ve. Aquí, ‘tener ojos’ se asocia con la capacidad de percibir lo que trasciende lo evidente: emociones, intenciones y necesidades profundas. Las tradiciones africanas, como las narraciones de griots en Malí, destacan el papel del corazón en leer el mundo invisible, comprendiendo realidades que escapan a los cinco sentidos físicos.

Sabiduría africana: equilibro entre mente y emoción

Ambas metáforas –oídos en las paredes y ojos en el corazón– ilustran la dualidad entre la vigilancia externa y la percepción interna. Este equilibrio es un pilar de la filosofía africana, que valora tanto la racionalidad prudente como la empatía intuitiva. Ejemplos de esto se ven en las asambleas tradicionales, donde escuchar atentamente a los demás se combina con la lectura sensible de sus emociones para alcanzar consensos duraderos.

La vigilancia social y la intimidad emocional

En sociedades donde la vida comunitaria es intensa, la idea de que ‘las paredes tienen oídos’ advierte sobre la rápida propagación de secretos. Sin embargo, la sabiduría del corazón con ‘ojos’ permite distinguir qué merece ser compartido y qué preservar, preservando así la intimidad y fortaleciendo lazos de confianza dentro del grupo. Ensayos antropológicos, como los de Evans-Pritchard en Sudán, muestran cómo el control social y la empatía personal se entrelazan en la vida cotidiana.

Lecciones contemporáneas para la vida moderna

Finalmente, este proverbio ofrece una enseñanza vigente hoy: en tiempos de redes sociales y sobreexposición, cultivar la prudencia sigue siendo esencial, pero también lo es desarrollar la capacidad de ‘ver’ con el corazón, leyendo entre líneas y comprendiendo el sentir del otro. Así, la frase nos invita a buscar un equilibrio entre proteger nuestras palabras y abrir nuestros sentimientos, construyendo relaciones más auténticas y profundas.