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La creatividad: Originalidad frente a la tiranía del hábito

Creado el: 9 de junio de 2025

La creatividad es la derrota del hábito por la originalidad. — Arthur Koestler
La creatividad es la derrota del hábito por la originalidad. — Arthur Koestler

La creatividad es la derrota del hábito por la originalidad. — Arthur Koestler

El hábito como fuerza limitante

A menudo, los hábitos nos proporcionan seguridad y eficiencia en nuestra vida diaria, permitiéndonos automatizar tareas y ahorrar energía mental. Sin embargo, Arthur Koestler señala que estos mismos patrones pueden volverse una jaula invisible, restringiendo nuestras posibilidades de pensamiento y acción. En este sentido, el hábito actúa como un muro que impide la entrada de nuevas ideas, limitando la innovación.

La originalidad como motor creativo

Frente a la inercia del hábito, la originalidad surge como el principal motor de la creatividad. Koestler propone que todo acto creativo es, en esencia, una ruptura con lo conocido—aquello que nos resulta cómodo y predecible. Esta visión resuena con las reflexiones de Marcel Proust, quien sostuvo que ‘el verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos’, resaltando el poder transformador de la originalidad.

Innovación a través de la ruptura de patrones

Partiendo de ahí, la derrota del hábito implica desafiar activamente lo que consideramos normal y buscar soluciones desde perspectivas inexploradas. Tal fue el caso de Nikola Tesla, quien, desafiando los métodos habituales de su época, desarrolló la corriente alterna revolucionando la historia de la electricidad. Este tipo de innovación ilustra cómo el rompimiento de la rutina puede abrir puertas a descubrimientos extraordinarios.

El arte y la ciencia como escenarios de reinvención

Tanto en el arte como en la ciencia, la creatividad florece en la medida en que los creadores se rebelan contra los dictados del hábito. Por ejemplo, Pablo Picasso, al abandonar el realismo académico e inventar el cubismo, demostró que la originalidad es una fuerza disruptiva capaz de cambiar paradigmas. Así, la historia cultural está plagada de ejemplos en que los grandes avances han surgido de la valentía para desafiar convenciones.

Fomentar la creatividad en la vida cotidiana

Por último, aplicar la lección de Koestler a nuestra vida cotidiana implica cultivar una disposición a cuestionar lo habitual y experimentar nuevas formas de pensar. Esto puede significar desde cambiar rutas diarias hasta adoptar enfoques inéditos en proyectos laborales. Solo así, derrotando continuamente el hábito en favor de la originalidad, podremos acceder a ese potencial creativo que reside en todos nosotros.