Site logo

El Poder Oculto del Olfato en el Folclore

Creado el: 2 de agosto de 2025

El olor en el folclore revela más que la vista la verdadera naturaleza de las cosas. — Jun’ichirō Ta
El olor en el folclore revela más que la vista la verdadera naturaleza de las cosas. — Jun’ichirō Tanizaki

El olor en el folclore revela más que la vista la verdadera naturaleza de las cosas. — Jun’ichirō Tanizaki

El olfato como sentido revelador

Desde la frase de Tanizaki, se percibe una fascinación por el olfato como vía privilegiada al conocimiento profundo. A diferencia de la vista, que puede ser engañada por apariencias, el sentido del olfato penetra capas invisibles y evoca lo oculto. Esta sensibilidad aparece a menudo en relatos tradicionales japoneses, donde el aroma de un objeto o persona revela intenciones, origen o incluso presencia sobrenatural, abriendo una puerta al auténtico ser más allá de las formas visibles.

La fragancia en los cuentos y leyendas

Al analizar la literatura popular, notamos que el perfume actúa con frecuencia como símbolo de la esencia interior. Por ejemplo, en narraciones niponas recopiladas por Lafcadio Hearn, los espíritus a veces dejan rastros olfativos que delatan su genuina naturaleza, aunque adopten formas humanas engañosas. Así, el olfato se convierte en un guardián de la verdad, superando los límites del ojo humano.

Comparación con otras culturas

Esta importancia del olfato no se restringe al folclore japonés. En los cuentos árabes, como los recopilados en 'Las mil y una noches', los olores pueden anunciar prodigios o peligros, una función similar a la que señala Tanizaki. Asimismo, en el folclore europeo, los perfumes y aromas suelen advertir sobre la presencia de magia o de transformaciones, reafirmando el poder del olfato para trascender lo visible.

El olor como huella de lo sobrenatural

El paso entre mundos —de lo cotidiano a lo misterioso— suele estar marcado por cambios en la atmósfera olfativa. Tanizaki, en su ensayo 'El elogio de la sombra' (1933), rescata el valor sensorial del olor en espacios tradicionales, donde la penumbra y la fragancia actúan en conjunto para intensificar la percepción. Así, lo invisible se hace tangible mediante el aroma, y el ambiente cobra vida propia.

Reflexión sobre la percepción y la verdad

En última instancia, Tanizaki nos invita a confiar en sentidos menos racionalizados, como el olfato, para descubrir la verdad esencial. Este retorno a lo instintivo propone una mirada más profunda hacia la naturaleza real de las cosas. Es un recordatorio de que, en la experiencia humana y en la tradición oral, aquello que no se ve —pero sí se huele— suele contener la revelación más honesta y poderosa.