Construir como promesa concreta de mañana mejor
Creado el: 10 de agosto de 2025

Construir es insistir en que el mañana será mejor. — Chinua Achebe
Esperanza convertida en práctica cotidiana
Achebe sugiere que construir no es una ilusión sino una disciplina: insistir, día tras día, en que el mañana puede superar al presente. Esa insistencia organiza el tiempo, fija prioridades y convierte la esperanza en un verbo con las manos ocupadas. Así, cada ladrillo, código o aula nueva es una apuesta medible por el porvenir. Desde este ángulo, la construcción no se reduce a infraestructura; también implica tejer confianza y sentido compartido. Con ese marco, vale la pena observar cómo las historias, los tiempos largos y las ciudades encarnan esa promesa que se hace obra.
Las historias que levantan cimientos
En Todo se desmorona (1958), Chinua Achebe narra la ruptura colonial, pero también el esfuerzo de una comunidad por rearticular su tejido simbólico. Al recontar la historia desde África, restituye voz y horizonte, mostrando que construir futuro comienza por cambiar el relato. Su ensayo An Image of Africa (1977) denuncia representaciones que clausuran posibilidades y, por contraste, defiende la narración como herramienta de reparación cívica. Cuando el relato se abre, el futuro se ensancha. Este giro narrativo prepara el terreno para otro aprendizaje decisivo: pensar en escalas de tiempo que exceden una vida.
Pensamiento catedral y paciencia histórica
Las catedrales medievales se levantaron durante generaciones; la Sagrada Familia en Barcelona (1882–presente) sigue recordando que algunas obras requieren paciencia institucional. Ese pensamiento catedral consiste en diseñar estructuras, oficios y acuerdos que sobrevivan a sus iniciadores. No es espera pasiva, sino una coreografía de continuidad: manuales, escuelas de artesanos, financiamiento estable, relevos responsables. La idea se ha popularizado como una ética de largo plazo que acepta no ver el resultado final y, aun así, persevera. Desde esta perspectiva temporal, las ciudades ofrecen un laboratorio privilegiado donde la insistencia de hoy se vuelve hábito colectivo.
Ciudades que rehacen su porvenir
Medellín apostó por el urbanismo social con el Metrocable (desde 2004), bibliotecas-parque y escaleras eléctricas en la Comuna 13 (2011), acercando servicios y dignidad a barrios históricamente excluidos. Más que obras aisladas, fue una red de decisiones que redujo tiempos de viaje y amplió oportunidades, sosteniendo en la práctica la tesis de Achebe. En otra clave, Jane Jacobs, The Death and Life of Great American Cities (1961), mostró que la vitalidad urbana se construye con inversión a ras de calle y confianza entre vecinos. De estas experiencias se desprende un hilo común: construir es expandir capacidades reales.
Desarrollo como expansión de capacidades
Amartya Sen, Development as Freedom (1999), propone medir el progreso por las libertades efectivas de las personas. Bajo esa luz, construir significa habilitar opciones: escuelas que abren trayectorias, clínicas que prolongan vidas, redes que conectan trabajos y afectos. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 traducen esta insistencia en metas compartidas, desde energía limpia hasta ciudades resilientes. La coherencia entre intención y estructura importa: sin instituciones que cuiden el mantenimiento, la promesa se erosiona. De ahí que la dimensión ética de la construcción sea inseparable del diseño técnico.
La ética del nosotros
La noción africana de ubuntu afirma que yo soy porque nosotros somos; el buen vivir andino, incorporado en la Constitución de Ecuador (2008), vincula bienestar con equilibrio comunitario y ambiental. Estos marcos recuerdan que no se construye un mañana mejor en soledad. Václav Havel, Disturbing the Peace (1990), definió la esperanza como la certeza de sentido más que la garantía de éxito. Enlazando estas intuiciones, la insistencia de Achebe se vuelve programa: narrar para incluir, planear en tiempo largo, invertir en capacidades y hacerlo con cuidado mutuo. Así, construir deja de ser obra y se vuelve cultura.