Linternas morales para atravesar noches inciertas
Creado el: 11 de octubre de 2025
Lleva tus convicciones como linternas a través de noches inciertas. — Simone de Beauvoir
La metáfora que ilumina
Beauvoir nos invita a imaginar las convicciones como linternas, no como reflectores cegadores. En noches inciertas, una linterna no elimina la oscuridad: basta para ver el siguiente paso y, sin embargo, exige atención y elección. Así, la imagen desplaza la idea de verdades absolutas hacia una ética de orientación práctica, donde la claridad es suficiente para avanzar sin pretender dominar el paisaje.
Ambigüedad y elección responsable
Desde allí, su filosofía cobra relieve. En La ética de la ambigüedad (1947), Beauvoir sostiene que la libertad se ejerce en un mundo sin garantías; elegir es asumir riesgos y crear sentido. Del mismo modo, El segundo sexo (1949) muestra cómo, pese a estructuras opresivas, las mujeres han tejido proyectos que iluminan lo posible. Por eso, convicciones-linterna no dictan un camino único: orientan decisiones situadas, abiertas a revisión.
De la página a la calle
Esta orientación se volvió acción pública. Tras la ocupación alemana, Beauvoir impulsó junto con Sartre la revista Les Temps modernes (1945), usando el ensayo como foco sobre responsabilidades colectivas. Años después, su firma en el Manifiesto de las 343 (1971) encendió otra luz: reconocerse públicamente para exigir el derecho al aborto en medio de incertidumbre jurídica y social. Así, sus convicciones alumbraron tanto el pensamiento como la transformación cívica.
Prácticas para encender la linterna
Para traducir valores en guía concreta, conviene: nombrar tres principios no negociables; derivar criterios de acción (“si X, entonces Y”); y revisar decisiones en un diario breve. Durante la pandemia, por ejemplo, algunas médicas declararon explícitamente sus prioridades (proteger a los más vulnerables, transparencia con familias), lo que facilitó triages coherentes bajo presión; editoriales como The Lancet (2020) insistieron en hacer explícitos tales marcos. Así, la convicción se vuelve visible y operativa.
Lo que dice la psicología
Además, la evidencia respalda la metáfora. La investigación sobre la intolerancia a la incertidumbre muestra que disponer de principios claros reduce ansiedad decisional y favorece conductas consistentes (Carleton, Journal of Anxiety Disorders, 2016). En la Terapia de Aceptación y Compromiso, actuar en función de valores —más brújula que mapa— mejora persistencia y bienestar aun con miedo presente (Hayes et al., 1999). Las linternas no despejan la noche, pero estabilizan el pulso.
Evitar el dogmatismo cegador
Con todo, una luz demasiado fija puede encandilar. Beauvoir advierte que no hay moral eterna fuera de las situaciones; por eso, una convicción digna se somete a prueba de realidad y a voces otras (La ética de la ambigüedad, 1947). En términos prácticos: formular condiciones de actualización (“cambiaré este criterio si…”) mantiene la linterna enfocada sin rigidizar su haz. La firmeza entonces convive con la apertura.
El resplandor compartido
Finalmente, una linterna irradia más cuando se suma a otras. Debates en Les Temps modernes y las redes feministas de los setenta muestran cómo la deliberación colectiva amplía lo visible y reparte el peso de decidir. Así, al pasar de la convicción individual a la conversación pública, la oscuridad se vuelve habitable. Y es en esa trama de luces donde avanzamos, paso a paso, hacia un amanecer posible.