Max Ehrmann
Max Ehrmann (1872–1945) fue un escritor y poeta estadounidense de Terre Haute, Indiana, conocido por su poema en prosa Desiderata. Su obra destaca la calma, la guía moral y el valor de la paz y el silencio, como refleja la frase sobre andar en paz en medio del ruido y la prisa.
Citas de Max Ehrmann
Citas: 3

De la vacilación al ensayo: practicar libera acción
Finalmente, la práctica requiere un coraje silencioso: el de presentarse hoy sin garantías. Los estoicos lo comprendieron bien. Séneca (Epístolas morales, c. 65 d. C.) aconseja preparar el ánimo para lo controlable —el propio esfuerzo— y soltar lo demás; Marco Aurelio (Meditaciones, 2.1) recuerda iniciar el día dispuesto a obrar conforme a la naturaleza y al deber. Esta ética no busca estrenos grandilocuentes, sino presencia sostenida. Y es ahí donde la sentencia de Ehrmann cobra pleno sentido: cuando convertimos la vacilación en ensayo, la práctica da permiso para actuar; cuando practicamos con intención, la voz que actuará mañana se libera hoy. Paso a paso, sin ruido, el hábito reemplaza la duda y la acción encuentra su timbre. [...]
Created on: 11/1/2025

Silencio sereno en tiempos de prisa y ruido
Finalmente, el silencio también es una forma de cuidado. Al callar para escuchar, permitimos que el otro exista sin la presión de nuestras interpretaciones. Simone Weil exploró la atención como acto moral en Esperando a Dios (1950), donde sugiere que la mirada atenta es una caridad sin espectáculo. Así, ir “plácidamente” no es solo higiene mental; es hospitalidad. En conversaciones, practicar latencia antes de responder y dejar un segundo de pausa tras la última frase abre espacio a lo que importa. El mundo seguirá ruidoso, pero nuestra presencia, afinada por el silencio, puede volverse un punto de apoyo para los demás. [...]
Created on: 8/23/2025

Hijos del universo: dignidad, pertenencia y propósito
Pequeños rituales vuelven tangible esta verdad: mirar el cielo nocturno y nombrar constelaciones, caminar entre árboles identificando especies locales, o escribir cada día una línea que empiece con «También yo pertenezco…». Gestos comunitarios—desde una siembra urbana hasta la restauración de un arroyo—anclan el vínculo en el territorio. Incluso un recordatorio científico en el bolsillo—«oxígeno en tus pulmones, hierro en tu sangre, calcio en tus huesos»—puede servir de ancla cuando la duda reaparece. Así, la pertenencia deja de ser idea y se vuelve hábito. Y entonces la frase de Ehrmann ya no sólo consuela: autoriza, convoca y orienta el modo en que habitamos, con los árboles y las estrellas, el mismo hogar. [...]
Created on: 8/10/2025