Por último, la tecnología puede ensanchar los círculos sin romperlos, si respeta la escala humana. Plataformas cívicas como FixMyStreet (Reino Unido, 2007) permiten que un bache reportado por un vecino active respuestas municipales y datos abiertos reutilizables. Asimismo, Decidim Barcelona (2016) traduce propuestas de barrio en deliberaciones ciudadanas de mayor alcance, manteniendo trazabilidad y rendición de cuentas. Estas herramientas no sustituyen la conversación en la plaza; más bien la proyectan a la ciudad, siempre que se cuide la inclusión digital y la moderación. En este equilibrio, la frase de Soseki se vuelve hoja de ruta: empezar cerca, aprender rápido y expandir con respeto, para que los círculos pequeños, al hacerse ciudad, sigan siendo habitables. [...]