Site logo

Existir es cambiar, cambiar es madurar, madurar es seguir creándose uno mismo sin cesar. — Henri Bergson

Creado el: 29 de abril de 2025

Existir es cambiar, cambiar es madurar, madurar es seguir creándose uno mismo sin cesar. — Henri Ber
Existir es cambiar, cambiar es madurar, madurar es seguir creándose uno mismo sin cesar. — Henri Bergson

Existir es cambiar, cambiar es madurar, madurar es seguir creándose uno mismo sin cesar. — Henri Bergson

La vida como proceso dinámico

Para Bergson, la existencia nunca es estática; concebir la vida como un cambio continuo es central en su filosofía. En *La evolución creadora* (1907), sostiene que la realidad es un flujo permanente, como el río de Heráclito: uno nunca se baña dos veces en las mismas aguas. Esta visión rechaza la idea de una identidad fija o inmutable.

Maduración como transformación constante

Madurar, según Bergson, implica aceptar y abrazar la transformación constante de nuestra personalidad. No se trata solamente de crecer en edad, sino de una evolución interna, en la que cada etapa nos impulsa a reconstruirnos. Simone de Beauvoir en *Memorias de una joven formal* (1958) narra cómo la maduración exige revisión continua de nuestras creencias.

Crecimiento personal y autoconstrucción

La frase destaca la responsabilidad de ser artífices de nosotros mismos. Como el escultor que nunca termina su obra, la madurez es un trabajo en proceso permanente. Carl Rogers, psicólogo humanista, desarrolló la noción de 'self actualization' o autorrealización, en la que el individuo se rediseña a sí mismo a lo largo de la vida (*El proceso de convertirse en persona*, 1961).

Cambio frente a la resistencia al cambio

Frente a la tentación de permanecer en la comodidad de lo conocido, la propuesta de Bergson alienta la apertura al cambio. Esta idea se observa en la novela *Demian* (1919) de Hermann Hesse, donde el protagonista debe romper 'el cascarón' para evolucionar, simbolizando la necesidad de dejar atrás lo viejo para madurar realmente.

Contexto filosófico e implicaciones existenciales

Bergson vivió en una época de intensos debates sobre la temporalidad y la identidad. Su perspectiva vitalista influyó en corrientes posteriores como el existencialismo de Sartre, quien sostenía que 'la existencia precede a la esencia' (*El existencialismo es un humanismo*, 1946): debemos forjarnos a nosotros mismos a través del tiempo y la experiencia.