Juzga tu éxito por aquello a lo que tuviste que renunciar para conseguirlo. — Dalai Lama
Creado el: 2 de mayo de 2025

Juzga tu éxito por aquello a lo que tuviste que renunciar para conseguirlo. — Dalai Lama
El verdadero costo del éxito
El Dalai Lama nos invita a reflexionar sobre lo que hemos sacrificado en nombre de nuestros logros. Tal como en la historia de Fausto, quien vende su alma a cambio de conocimiento y poder (Goethe, *Fausto*, 1808), a menudo el precio del éxito puede ser más alto de lo que aparenta. La reflexión reside en comprender si lo que se pierde, como la paz interior o las relaciones personales, compensa lo obtenido.
Ética y prioridades personales
El consejo recalca la importancia de mantener la integridad y los valores durante el proceso de alcanzar nuestras metas. Viktor Frankl, en su obra *El hombre en busca de sentido* (1946), relata cómo incluso en condiciones extremas los seres humanos priorizan sus principios por encima de beneficios inmediatos, recordándonos que no todo éxito material significa satisfacción interior.
Balance entre vida personal y laboral
Muchos casos ilustran cómo el éxito externo puede traer un vacío interno si descuidamos otros aspectos de la vida. Steve Jobs, fundador de Apple, admitió en entrevistas que aceptar obsesivamente logros profesionales lo llevó a lamentar la distancia con su familia (Smith, *Steve Jobs: The Man Who Thought Different*, 2012).
La renuncia como medida de valor
La cita sugiere que el valor de lo conseguido está directamente ligado al sacrificio realizado. Simone de Beauvoir, en *Memorias de una joven formal* (1958), describe cómo renunciar a ciertos privilegios fue fundamental para conquistar su independencia intelectual, demostrando que el sacrificio puede dignificar el éxito.
Perspectiva espiritual del éxito
El Dalai Lama proviene de una tradición budista que enfatiza el desapego y la moderación. En el *Dhammapada*, se señala que la verdadera felicidad se basa en la paz interior y la libertad de deseo, sugiriendo que el éxito genuino no debería requerir la renuncia a la propia serenidad espiritual.