La esperanza como acto consciente y transformador
Creado el: 3 de mayo de 2025

La esperanza no es pasiva; es un acto disciplinado. — Angela Davis
Redefiniendo la esperanza
Angela Davis nos invita a abandonar la visión convencional de la esperanza como un simple sentimiento resignado. En cambio, subraya su carácter activo y determinado. Así, la esperanza no es esperar de brazos cruzados; es una disciplina que requiere constancia y acción diaria.
La esperanza frente a la adversidad
Al comprender la esperanza como un acto disciplinado, reconocemos que, en situaciones de injusticia, no basta con desear cambios. Gandhi, por ejemplo, canalizaba su esperanza en la independencia mediante estrategias no violentas sostenidas. Esta actitud demuestra que la esperanza se alimenta de la persistencia ante las dificultades.
Disciplina y acción colectiva
Siguiendo el mensaje de Davis, observamos que la verdadera esperanza exige organización y trabajo conjunto. En los movimientos sociales, como el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, líderes y activistas transformaron la esperanza en logros tangibles gracias a una práctica constante y disciplinada.
Construcción de futuro desde el presente
Además, considerar la esperanza como disciplina significa asumir responsabilidad sobre el presente. En vez de posponer el cambio para mañana, nos preparamos para él hoy, con acciones concretas y sostenidas, tal y como sugiere Paulo Freire en ‘Pedagogía de la esperanza’ (1992), donde vincula esperanza con la praxis educativa y transformadora.
El poder transformador de la esperanza activa
Finalmente, la esperanza disciplinada propuesta por Davis es, en sí misma, una herramienta de resistencia. Es esa fuerza que lleva a comunidades y personas a persistir y transformar realidades adversas. Así, la esperanza, lejos de ser un refugio pasivo, se convierte en el motor de los cambios sociales y personales más profundos.