Redención y Belleza en la Imperfección Humana
Creado el: 14 de mayo de 2025

Haz sonar las campanas que aún pueden sonar. Olvida tu ofrenda perfecta. — Leonard Cohen
El Llamado de las Campanas
Leonard Cohen nos anima a ‘hacer sonar las campanas que aún pueden sonar’, una metáfora que invita a actuar con lo que tenemos a nuestro alcance. No debemos esperar la perfección para contribuir o participar en la vida. Esta idea conecta con la tradición de emplear campanas como símbolos de anuncio, esperanza y renovación, recordándonos que siempre hay posibilidades de expresar nuestra voz, aunque no todo esté completo o en óptimas condiciones.
La Trampa de la Perfección
A continuación, Cohen nos exhorta: ‘Olvida tu ofrenda perfecta’. Esta línea es crucial para entender que la búsqueda de la perfección suele convertirse en un obstáculo. Como señala Brené Brown en su investigación sobre vulnerabilidad (2012), el perfeccionismo puede paralizarnos, impedirnos intentar cosas nuevas o compartir nuestros dones por temor a no ser suficientes. Al soltar la expectativa de perfección, abrimos espacio para la autenticidad y la creatividad.
La Imperfección como Puente a la Conexión
La transición hacia la aceptación de la imperfección facilita la conexión genuina con los demás. En la poesía de Cohen y también en el arte del Kintsugi japonés, las grietas no se ocultan sino que se destacan, resaltando el valor de lo roto. Al compartir nuestras fallas y limitaciones, creamos comunidad y empatía, alejándonos de la competición por la impecabilidad y acercándonos a una vida más compasiva.
Ejemplos en la Historia y la Cultura
Esta valoración de lo incompleto se refleja también en el pensamiento de figuras como Rainer Maria Rilke, quien en sus ‘Cartas a un joven poeta’ subraya la importancia de aceptar la incertidumbre y el proceso creativo imperfecto. De manera similar, la música folclórica y el blues—géneros a los que Cohen mismo recurría—inmortalizan emociones y experiencias inacabadas, mostrando que la belleza reside precisamente en la imperfección y la sinceridad.
La Liberación de la Acción Imperfecta
Finalmente, al aceptar que nuestras ‘campanas’ pueden estar cascadas y nuestras ofrendas no ser perfectas, descubrimos un modo más libre de vivir y actuar. Cohen propone una especie de redención: al contribuir con lo que tenemos y somos, aunque sea limitado, generamos sentido y propósito. Así, nos liberamos del peso de la perfección y encontramos belleza en la honestidad de nuestra contribución imperfecta.