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El propósito como motor de una vida plena

Creado el: 15 de mayo de 2025

Vivir plenamente es vivir con propósito. — B.K.S. Iyengar
Vivir plenamente es vivir con propósito. — B.K.S. Iyengar

Vivir plenamente es vivir con propósito. — B.K.S. Iyengar

El significado de vivir plenamente

Comenzar a analizar la frase de Iyengar implica preguntarnos qué significa, realmente, vivir plenamente. No se trata solo de la mera existencia, sino de experimentar una vida rica en experiencias, emociones y sentido. Vivir con plenitud supone estar presentes y aprovechar las oportunidades que nos brinda cada día, conectando profundamente con nuestro entorno y nuestras acciones.

El papel del propósito en la existencia

Dentro de este contexto, el propósito aparece como el eje que da dirección y coherencia a nuestra vida. No es casualidad que Iyengar, maestro del yoga, vincule la plenitud con el propósito; en la filosofía yóguica, como en las enseñanzas de Viktor Frankl (‘El hombre en busca de sentido’, 1946), tener una razón de ser es fundamental para afrontar desafíos y mantener la motivación incluso ante la adversidad.

Ejemplos históricos de vidas con propósito

Grandes figuras de la historia han demostrado la fuerza transformadora del propósito. Por ejemplo, Madre Teresa de Calcuta dedicó su vida al servicio de los más necesitados, encontrando plenitud en su misión. Del mismo modo, influenciadores como Nelson Mandela hallaron en la lucha por la justicia un significado que les permitió superar años de encarcelamiento y dificultades personales.

El riesgo de una vida sin dirección

Contrastando, una existencia carente de propósito puede derivar en insatisfacción y vacío interior. Diversos estudios en psicología, como los de Martin Seligman sobre bienestar, muestran que quienes viven sin metas y sin sentido personal tienden a experimentar menos felicidad y mayor ansiedad. Es, por tanto, esencial conectar con aquello que nos moviliza genuinamente.

Cultivar el propósito día a día

Finalmente, Iyengar nos invita a reflexionar y descubrir nuestro propósito propio, sabiendo que es un proceso dinámico y personal. Podemos empezar con pequeñas acciones diarias, como dedicar tiempo a una causa significativa, aprender continuamente o ayudar a los demás. Así, vivir con propósito se vuelve un hábito que nutre la plenitud y nos anima a contribuir de manera positiva al mundo que nos rodea.