La Seguridad y la Incomodidad: Un Equilibrio Vital
Creado el: 29 de mayo de 2025

Estar inseguro es estar incómodo, pero estar seguro es ser ridículo. — Proverbio chino
La incomodidad como motor de crecimiento
El proverbio chino nos invita a reflexionar sobre el valor de la inseguridad en la vida cotidiana. Sentirse incómodo a menudo se asocia con incertidumbre o temor, pero desde esta perspectiva, la incomodidad es en realidad una señal de crecimiento. Tomar riesgos, aprender algo nuevo o afrontar cambios implica inevitablemente perder el equilibrio antes de encontrarlo. Esta visión recuerda la célebre frase de Albert Einstein: ‘La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibrio, hay que seguir avanzando’.
El peligro de la seguridad absoluta
Al sugerir que ‘estar seguro es ser ridículo’, el proverbio introduce la idea de que la certeza completa puede volverse una trampa. Quienes se sienten totalmente seguros suelen dejar de cuestionarse y, con ello, se exponen al estancamiento o la soberbia. En la filosofía griega, Sócrates defendía que la verdadera sabiduría consiste en reconocer la propia ignorancia. De hecho, la seguridad excesiva puede tornarse en arrogancia, privándonos de oportunidades para aprender de los errores.
La inseguridad y la creatividad
Esta continua oscilación entre inseguridad y seguridad es también el germen de la creatividad. Grandes avances en arte y ciencia han surgido del cuestionamiento y la duda. Por ejemplo, Picasso revolucionó la pintura enfrentando las formas tradicionales con incomodidad y curiosidad. Siguiendo este hilo, las mentes más creativas suelen abrazar el desconcierto como punto de partida para explorar territorios inexplorados.
La sociedad y la presión de la certeza
Sin embargo, la sociedad a menudo premia la seguridad y desalienta la incomodidad. Desde el ámbito académico hasta el profesional, se espera que las personas aporten respuestas firmes y eviten mostrar vacilaciones. Frente a esta presión, el proverbio chino es un recordatorio de que la búsqueda de certezas absolutas puede ser contraproducente, y que existe dignidad y sabiduría en aceptar la vulnerabilidad inherente a la duda.
Cultivar el equilibrio interior
Para concluir, este proverbio sugiere que la verdadera madurez radica en transitar entre la incomodidad del aprendizaje y la tentación de sentirse excesivamente seguro. Como muestran tradiciones como el budismo zen, mantener una ‘mente de principiante’ es clave para desarrollarse plenamente. Así, aceptar la incomodidad como parte del trayecto vital no sólo nos protege del ridículo de la certeza absoluta, sino que nos prepara para afrontar nuevos retos con humildad y apertura.