El Poder Transformador de Saber Soltar
Creado el: 8 de junio de 2025

A veces dejar ir las cosas es un acto de poder mucho mayor que defenderlas o aferrarse a ellas. — Eckhart Tolle
La Sabiduría de Dejar Ir
El pensamiento de Eckhart Tolle resalta un aspecto fundamental de la vida: a menudo consideramos que la verdadera fuerza radica en persistir y defender lo que valoramos. Sin embargo, él nos invita a replantear esta creencia, sugiriendo que soltar puede ser una muestra de poder más profunda. Esta visión nos obliga a mirar hacia adentro y preguntarnos si nuestra insistencia proviene de una genuina convicción o del miedo al cambio.
Del Aferramiento al Crecimiento Personal
Al profundizar con esta perspectiva, comprendemos que aferrarse puede impedir el crecimiento. Freud, en su estudio sobre el duelo (1917), explica cómo soltar viejos apegos es necesario para avanzar. Dejar ir, entonces, no significa renunciar ni ser débiles, sino reconocer cuándo una etapa ha cumplido su propósito y dar lugar a nuevos comienzos.
Los Riesgos de Sostener lo Insostenible
De lo anterior se desprende que mantenernos aferrados a situaciones, personas o ideas perjudiciales puede generarnos sufrimiento. Ejemplos abundan en la literatura, como en 'Cien años de soledad' de Gabriel García Márquez, donde la incapacidad de dejar atrás el pasado condena a los personajes a repetir errores. Así, Tolle nos advierte de las cadenas invisibles que creamos por el apego.
El Dejar Ir como Acto de Empoderamiento
Sin embargo, al soltar, recuperamos nuestro poder interior. Similar al concepto budista de desapego, que enseña a fluir en lugar de controlar, el acto de dejar ir implica un coraje sereno. Tolle, en 'El poder del ahora' (1997), expone que la aceptación y la rendición consciente nos abren a una vida más plena, donde el control se transforma en libertad personal.
El Camino hacia la Paz Interior
En última instancia, dejar ir nos conduce a la paz interior y a relaciones más sanas. Atravesar el umbral del desapego puede ser difícil pero, como sugiere Tolle, es allí donde reside el verdadero poder: en reconocer que no todo depende de nuestra fuerza, sino de nuestra capacidad de soltar el control y confiar en el flujo natural de la vida. Así, dejar ir se convierte en una expresión madura de fortaleza y libertad.