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El arte de criticar y el desafío de mejorar

Creado el: 22 de junio de 2025

Encontrar una falta es fácil; hacerlo mejor puede ser difícil. — Plutarco
Encontrar una falta es fácil; hacerlo mejor puede ser difícil. — Plutarco

Encontrar una falta es fácil; hacerlo mejor puede ser difícil. — Plutarco

La tendencia humana a señalar errores

La observación de Plutarco resalta una característica común de la naturaleza humana: detectar fallos en las acciones o creaciones ajenas suele resultar sencillo. Todos tenemos criterios personales y, desde una perspectiva externa, identificar deficiencias parece casi automático. Este fenómeno está presente tanto en la vida cotidiana como en la crítica literaria, artística o profesional, donde el ojo del espectador suele centrarse primero en lo que falta o se hizo incorrectamente.

La diferencia entre crítico y creador

Sin embargo, el proceso de crear o mejorar algo exige un nivel adicional de habilidad y esfuerzo. Plutarco sugiere que si bien cualquiera puede señalar lo que está mal, pocos tienen la capacidad o la disposición de proponer soluciones concretas o realizar la tarea de forma mejorada. El salto de la crítica a la acción se convierte así en una barrera significativa, pues requiere creatividad, experiencia y voluntad para enfrentarse a los mismos fallos que se han señalado en otros.

Ejemplos históricos del dilema

Esta tensión entre crítica y acción se refleja a lo largo de la historia; por ejemplo, en la política ateniense, donde Sócrates frecuentemente invitaba a sus interlocutores a no solo criticar las leyes existentes, sino a intentar diseñar mejores alternativas (*Apología de Sócrates*, Platón). En el arte renacentista, críticos como Giorgio Vasari abundaban, pero solo unos pocos artistas, como Da Vinci o Miguel Ángel, lograron innovar, superando con su obra las críticas sobre el arte de su tiempo.

Lecciones en el ámbito profesional

Este principio tiene también eco en el mundo laboral moderno. Las revisiones por pares en la ciencia y la tecnología muestran que, si criticar un experimento o código es rutinario, ofrecer una mejor alternativa implica trabajo adicional y una comprensión más profunda. En equipos exitosos, se valora a quienes señalan problemas solo cuando están preparados para participar activamente en la solución, fomentando así una cultura colaborativa y responsable.

La autocrítica constructiva como motor del crecimiento

Finalmente, Plutarco nos invita a adoptar una crítica constructiva, tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos. Transformar la observación de errores en propuestas de mejora es, en esencia, un ejercicio de humildad y aprendizaje continuo. Así, en vez de limitarnos a señalar lo imperfecto, asumimos el reto de contribuir al progreso, convirtiendo la crítica en un punto de partida para alcanzar la excelencia.