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El arte supremo de dominarse a uno mismo

Creado el: 16 de julio de 2025

No se puede tener un dominio más pequeño ni más grande que el dominio de uno mismo. — Leonardo da Vi
No se puede tener un dominio más pequeño ni más grande que el dominio de uno mismo. — Leonardo da Vinci

No se puede tener un dominio más pequeño ni más grande que el dominio de uno mismo. — Leonardo da Vinci

El significado del dominio personal

La frase de Leonardo da Vinci plantea una reflexión esencial: el control verdadero empieza y termina con uno mismo. A diferencia de otras formas de poder, el dominio propio no se puede medir en extensión física ni en cantidad, sino en la capacidad de gobernar nuestras emociones y acciones. Este autogobierno, según da Vinci, es tanto el mínimo como el máximo terreno posible de conquista.

Comparaciones históricas de poder

A lo largo de la historia, muchos han aspirado a controlar tierras y pueblos, pero pocos han conseguido dominarse a sí mismos. Por ejemplo, en 'Meditaciones', el emperador Marco Aurelio reconocía que, a pesar de sus vastos dominios, solo podía gobernar su mente y sus decisiones. Este eco filosófico resalta cómo el autoconocimiento supera a cualquier otro tipo de soberanía.

El dominio propio en la vida cotidiana

En nuestra vida diaria, el autodominio se manifiesta en pequeñas batallas: resistirse a la ira, gestionar la ansiedad o mantener la disciplina en momentos de tentación. Esas acciones, aunque parezcan menores comparadas con hazañas externas, son las que realmente determinan la calidad y el significado de nuestra existencia. Con cada decisión consciente, extendemos nuestra esfera de control sobre nosotros mismos.

Implicaciones éticas y filosóficas

El pensamiento de da Vinci invita a ver el dominio propio no solo como una habilidad, sino como un deber ético. Esto conecta con la ética socrática, que afirma que conocerse y controlarse es previo a intentar influir en otros. Así, la verdadera autoridad moral solo surge cuando nos hemos conquistado internamente, evitando las trampas del ego y la impulsividad.

El legado de da Vinci y el ideal renacentista

Para concluir, el mensaje de da Vinci se inserta en la visión renacentista del hombre como medida de todas las cosas. El dominio sobre uno mismo representa el ideal de perfeccionamiento humano: un arte que se aprende y se practica cada día. Siguiendo este principio, el ser humano puede aspirar no solo a la grandeza externa, sino también a la serenidad y sabiduría interior.