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El eterno fluir: lecciones de las olas y las mareas

Creado el: 25 de julio de 2025

Las olas son las voces de las mareas; las mareas son el movimiento interminable de la vida. — Miyamo
Las olas son las voces de las mareas; las mareas son el movimiento interminable de la vida. — Miyamoto Musashi

Las olas son las voces de las mareas; las mareas son el movimiento interminable de la vida. — Miyamoto Musashi

La voz de la naturaleza

Miyamoto Musashi, con su célebre cita, nos invita a observar cómo las olas representan las voces de las mareas. A través de esta metáfora, sugiere que la naturaleza se comunica de formas sutiles y poderosas, igual que el vaivén del mar relata historias antiguas y siempre renovadas. Esta personificación nos coloca ante un universo donde todo fenómeno tiene algo que decirnos, si aprendemos a escuchar con atención.

El movimiento interminable de la vida

Uniendo la imagen de las mareas con el concepto de vida, Musashi revela la incesante transformación que caracteriza a la existencia. Así como la marea nunca se detiene, la vida fluye de manera constante, recordándonos que el cambio es inherente a nuestra condición. Este paralelismo se acerca a la visión de Heráclito en su famosa frase, 'Nadie se baña dos veces en el mismo río', insistiendo en la naturaleza dinámica de todo lo vivo.

Resiliencia ante la adversidad

Asimismo, las olas nos ofrecen lecciones de resiliencia. Aunque rompan una y otra vez contra la orilla, siempre regresan, renovadas y persistentes. Esta perseverancia se relaciona con la capacidad humana de sobreponerse a dificultades. El propio Musashi, samurái y estratega, vivió enfrentando retos constantes, y en su tratado 'El libro de los cinco anillos' (1645), aconseja adaptarse al entorno igual que el agua se amolda a su recipiente.

El equilibrio entre calma y tempestad

Por otra parte, el mar alterna momentos de calma y de tormenta, reflejando los altibajos de la vida humana. En las enseñanzas Zen, presentes en la cultura japonesa, se subraya la aceptación de las diferentes fases de la existencia; no hay oscuridad sin luz, ni tranquilidad sin agitación previa. Así, la observación de las mareas puede inspirar a encontrar equilibrio y serenidad incluso en medio de la incertidumbre.

Aprender del ritmo natural

Finalmente, comprender que las olas y las mareas son parte de un ciclo mayor nos conduce a sintonizar con los ritmos naturales, en vez de luchar contra ellos. Adoptar esta actitud en la vida cotidiana, según Musashi, implica fluir con los acontecimientos, adaptándonos y evolucionando sin perder nuestra esencia. Escuchar esas voces marinas es, en última instancia, aprender a vivir plenamente, aprovechando la fuerza continua y renovadora que habita en cada movimiento vital.