Site logo

El Valor de la Paciencia en el Arte de Hacer

Creado el: 26 de julio de 2025

No te apresures a hacer nada. Lo que vale la pena hacer, vale la pena hacerlo despacio. — Miyamoto M
No te apresures a hacer nada. Lo que vale la pena hacer, vale la pena hacerlo despacio. — Miyamoto Musashi

No te apresures a hacer nada. Lo que vale la pena hacer, vale la pena hacerlo despacio. — Miyamoto Musashi

La Enseñanza Fundamental de Musashi

Miyamoto Musashi, legendario samurái y autor de ‘El libro de los cinco anillos’ (1645), nos advierte sobre la importancia de no apresurarnos. Según el maestro, actuar con premura puede conducir a errores inevitables. La frase nos invita a reflexionar sobre cómo la paciencia y la atención en los pequeños detalles son esenciales para lograr un resultado verdaderamente valioso.

El Proceso sobre el Resultado Inmediato

Siguiendo este razonamiento, es evidente que muchas veces valoramos más el producto final que el recorrido necesario para alcanzarlo. Sin embargo, como sugiere Musashi, tomarse el tiempo necesario garantiza no solo calidad, sino también aprendizaje profundo. Por ejemplo, el propio Musashi dedicaba años a dominar cada técnica de la esgrima, entendiendo que lo esencial no puede acelerarse.

Sabiduría en Otras Tradiciones

Esta visión no es exclusiva del bushido japonés. En la antigua Grecia, Aristóteles recomendaba la ‘virtud de la mesura’, defendiendo que la excelencia se forja lentamente mediante la práctica constante. Así, tanto Oriente como Occidente coinciden: lo que verdaderamente importa requiere paciencia y esmero.

Aplicación en la Vida Moderna

En la sociedad contemporánea, marcada por la rapidez y la inmediatez, las palabras de Musashi nos invitan a volver a valorar el tiempo que toma perfeccionarse. Ya sea aprendiendo un instrumento, desarrollando una carrera o cultivando relaciones personales, ir despacio permite no solo evitar errores, sino disfrutar del crecimiento en cada etapa.

Vivir con Intención y Plenitud

Finalmente, la invitación de Musashi trasciende las actividades cotidianas y se convierte en una filosofía de vida: hacer todo con atención, intención y sin apuro. Así, lo que realmente vale la pena no solo se logra, sino que también se vive y se disfruta plenamente, consolidando el carácter y la maestría personal.