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El Poder Liberador de las Palabras y las Historias

Creado el: 3 de agosto de 2025

Las palabras quieren ser libres y las historias quieren ser contadas. — Chimamanda Ngozi Adichie
Las palabras quieren ser libres y las historias quieren ser contadas. — Chimamanda Ngozi Adichie

Las palabras quieren ser libres y las historias quieren ser contadas. — Chimamanda Ngozi Adichie

El deseo intrínseco de las palabras

Chimamanda Ngozi Adichie nos recuerda que las palabras llevan en sí mismas un anhelo de libertad. Desde el momento en que se conciben, las palabras buscan salir de la mente y emprender su viaje hacia otros oídos y corazones. Como herramientas primigenias de la comunicación, han sido utilizadas a lo largo de la historia para desafiar límites, transmitir esperanzas y moldear sociedades. Al decir que ‘quieren ser libres’, Adichie reconoce la vitalidad y el impulso inherentes al lenguaje, un fenómeno que ha fascinado a filósofos y poetas desde Platón hasta García Márquez.

Historias: necesidad de ser escuchadas

Siguiendo esta línea, Adichie afirma que las historias tienen su propio impulso vital: desean ser contadas. Relatar es una necesidad humana ancestral, vista tanto en las pinturas rupestres como en los cuentos populares que cruzan generaciones. Historias como las fábulas africanas, preservadas a través de la oralidad, demuestran que los relatos buscan trascender el olvido y convertirse en legado. Esta pulsión por ser narradas responde a una función social de sanación y comunidad, como sostiene la antropóloga Mary Catherine Bateson en su estudio sobre narrativa y pertenencia.

Liberar palabras: resistencia y transformación

El paso de liberar las palabras conecta directamente con actos de resistencia y transformación social. En regímenes autoritarios, la censura persigue palabras porque su poder puede derribar muros y cambiar mentalidades. La literatura prohibida en Sudáfrica durante el apartheid, por ejemplo, fue un testimonio de la incapacidad de contener la fuerza de lo que busca ser compartido. Así, liberar palabras no solo es un acto estético, sino una declaración política de autonomía y dignidad.

Cómo las historias modelan identidades

Las historias, una vez contadas, no solo existen: nos transforman y nos dan sentido. Adichie explora este concepto en su célebre charla 'El peligro de la historia única' (2009), alertando sobre cómo las narraciones dominantes pueden distorsionar realidades. Por el contrario, permitir que historias diversas salgan a la luz enriquece el imaginario colectivo y ayuda a las personas a entenderse desde múltiples perspectivas. Así, contar historias se convierte en una reafirmación de la diversidad y la complejidad humanas.

Nuestro rol como contadores y oyentes

Finalmente, recordar que palabras y historias buscan libertad nos invita a asumir un papel activo. Ya sea a través de la creación, la escucha atenta o la defensa de la libertad de expresión, todos participamos en ese viaje. Como relata Adichie en sus novelas, cada quién tiene el potencial de liberar verdades y reparar heridas compartiendo o escuchando relatos. Esta práctica fortalece los lazos comunitarios y reivindica el derecho a una narrativa plural.