Site logo

Del ayer a la autoría del presente

Creado el: 2 de septiembre de 2025

Rechaza ser una sombra de ayer; da forma a tu contorno con actos deliberados hoy. — Frida Kahlo
Rechaza ser una sombra de ayer; da forma a tu contorno con actos deliberados hoy. — Frida Kahlo

Rechaza ser una sombra de ayer; da forma a tu contorno con actos deliberados hoy. — Frida Kahlo

Rehusar la sombra: asumir agencia

La exhortación a no ser “sombra de ayer” invita a abandonar la inercia de lo ya vivido para reclamar la capacidad de decidir. En lugar de arrastrar un perfil desdibujado por hábitos y relatos ajenos, se propone delinear el contorno propio mediante actos deliberados. Así, el tiempo deja de ser una cinta transportadora y se convierte en taller: el hoy es la mesa de trabajo donde el gesto consciente sustituye a la repetición automática, abriendo espacio a una identidad activa y no meramente heredada.

Identidad como obra en proceso

Desde ahí, pensar la identidad como una obra en proceso enlaza naturalmente con la vida de Frida Kahlo. Tras el accidente de 1925, pintó desde la cama con un espejo sobre el dosel, convirtiendo el autorretrato en laboratorio de sí. El diario de Frida Kahlo (c. 1944–1954) revela cómo transformó dolor y biografía en materia plástica, ensayando símbolos, colores y decisiones formales que afinaban su contorno interior. De ese modo, el yo no aparece hallado, sino construido a golpes de elección artística, día tras día.

Puentes con la filosofía existencial

A continuación, la idea de darse forma mediante actos resuena con la máxima existencial: la existencia precede a la esencia. En El existencialismo es un humanismo (1946), Jean-Paul Sartre sostiene que nos hacemos por lo que hacemos; no somos un molde fijo, sino proyecto. En paralelo, Ortega y Gasset recuerda en Meditaciones del Quijote (1914) que “yo soy yo y mi circunstancia”, subrayando que la autoría se ejerce en diálogo con el entorno. Así, la frase atribuida a Kahlo no niega el pasado: lo reubica como cantera, no como jaula.

La psicología de lo intencional

Asimismo, la psicología aporta herramientas para que el gesto deliberado no se diluya en buenas intenciones. William James, en The Principles of Psychology (1890), describió el poder formativo del hábito: pequeños actos repetidos consolidan carácter. Más tarde, la máxima hebbiana “neuronas que se activan juntas se conectan juntas” (Hebb, 1949) explicó cómo la repetición cablea el cerebro. Y las “intenciones de implementación” de Peter Gollwitzer (1999)—planes del tipo “si X, entonces haré Y”—traducen propósito en respuesta automática. En suma, elegir hoy se vuelve factible cuando el deseo se encarna en estructuras concretas.

Cuerpo, dolor y la política del contorno

Por su parte, Kahlo mostró que el contorno también es corporal y político. Pintó sus corsés y yesos, interviniendo la prótesis que la sostenía, y asistió a una manifestación en 1954 en silla de ruedas, convirtiendo su presencia frágil en declaración pública. Esos actos, modestos y a la vez rotundos, enseñan que la autoría del hoy no siempre luce grandiosa: a veces es decir “aquí estoy” con el cuerpo que se tiene, en el lugar preciso donde duele, resignificando la herida como borde y no como vacío.

Prácticas cotidianas para esculpir el hoy

En consecuencia, delinear el propio contorno requiere rituales sencillos y sostenibles. Un triángulo eficaz combina: elección focal (definir una acción que encarne el valor del día), encuadre temporal (asignarle hora y duración), y traba amable (un recordatorio visible que lo haga inevitable). Añádase un cierre de jornada de dos minutos para registrar qué acto nos acercó a la forma buscada. Así, la identidad deja de ser promesa abstracta y se vuelve trazo acumulado, visible al cabo de semanas.

Deliberar con cuidado: evitar nuevas sombras

Finalmente, actuar con intención no significa endurecerse. La sombra puede regresar disfrazada de perfeccionismo: un contorno tan rígido que ya no deja respirar. La salida es una disciplina compasiva: ajustar el trazo sin castigarse, recordar que la coherencia se mide en tendencias, no en días impecables. De este modo, la valentía de hoy conversa con la memoria de ayer, y el contorno personal—el que Kahlo invita a esculpir—permanece vivo, capaz de crecer sin traicionarse.