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Toma el volante de tu propia historia

Creado el: 19 de septiembre de 2025

Rechaza ser un pasajero en tu propia historia — Gloria Steinem
Rechaza ser un pasajero en tu propia historia — Gloria Steinem

Rechaza ser un pasajero en tu propia historia — Gloria Steinem

El llamado a la autoría

La exhortación de Gloria Steinem invita a pasar de la inercia a la deliberación: no aceptar un asiento secundario en la narración de tu vida. Rechazar ser pasajero no es negar la incertidumbre, sino elegir, una y otra vez, el próximo giro aunque la ruta no esté del todo trazada. Así, la identidad deja de ser un guion heredado para convertirse en un borrador vivo que se revisa con valentía y cuidado.

Marco filosófico de la agencia

Para pasar de la consigna al fundamento, la filosofía existencial recuerda que la existencia precede a la esencia: primero actuamos y, al actuar, nos definimos (Sartre, Being and Nothingness, 1943). En sintonía, la vita activa de Hannah Arendt subraya que el mundo común se sostiene con obras y acciones que irrumpen en lo dado (The Human Condition, 1958). Desde esta perspectiva, ser protagonista implica intervenir en el relato compartido, no solo en el privado.

Lo que enseñó el camino de Steinem

Este principio cobra cuerpo en la propia trayectoria de Steinem. En My Life on the Road (2015) relata cómo viajar, escuchar y organizar convirtió la observación en impulso transformador: los círculos de conversación abrían posibilidades y convertían a oyentes en actoras. Además, cofundar Ms. magazine (1971) mostró que cambiar de asiento —del público a la editoría— puede reescribir qué historias se cuentan y quiénes tienen la palabra.

Ciencia de tomar el control

A la par de estas lecciones históricas, la psicología sugiere herramientas concretas. Un locus de control interno se asocia con mayor iniciativa frente a la adversidad (Rotter, 1966), mientras la autoeficacia predice la disposición a emprender y sostener acciones desafiantes (Bandura, 1977). Complementariamente, el mindset de crecimiento propone que la capacidad se moldea con práctica y retroalimentación (Dweck, 2006). En conjunto, estas pautas traducen la idea de Steinem en hábitos medibles.

Prácticas diarias para conducir

Con estas bases, conviene convertir la agencia en ritual. Un guion semanal de intenciones —tres decisiones no delegables y una conversación difícil— enfoca la energía en lo que sí depende de ti. Además, un diario de autoría que responda “¿qué elegí hoy?” y “¿qué aprendí?” crea evidencia de avance y corrige rumbo sin culpas. Finalmente, recordar que decir no también es conducir ayuda a proteger el trayecto de desvíos que no honran tu historia.

Estructuras, poder y solidaridad

Sin embargo, la voluntad individual opera dentro de estructuras. La interseccionalidad muestra cómo se entrecruzan opresiones y oportunidades (Crenshaw, 1989), por lo que “tomar el volante” también implica cambiar carreteras colectivas. Ms. magazine visibilizó relatos silenciados, y ejemplos como el de Rosa Parks (1955) recuerdan que un acto personal puede catalizar reformas públicas. Así, la autoría se amplía: no solo eliges tu destino, ayudas a rediseñar el mapa.

Ritmo sostenible y cuidado

Por último, para sostener el protagonismo en el tiempo se necesita combustible ético y físico. Audre Lorde escribió que el autocuidado puede ser un acto político de supervivencia (A Burst of Light, 1988), recordándonos que el descanso, los límites y la comunidad no son lujos, sino condiciones de posibilidad. Con ese ritmo, la consigna de Steinem deja de ser un impulso momentáneo y se vuelve una práctica duradera.