Pensar en lo posible, luego construir el camino
Creado el: 19 de septiembre de 2025

Pregúntate qué es posible y luego construye el camino — Elon Musk
La pregunta que abre posibilidades
Primero, la pregunta correcta abre el mapa de opciones. Al preguntarnos “qué es posible”, desplazamos la mente del miedo a la pérdida hacia la curiosidad por el potencial. La psicología del growth mindset muestra que el enfoque en la posibilidad expande el esfuerzo y la creatividad (Carol Dweck, Mindset, 2006). Este giro no promete facilidades, pero sí orienta la atención hacia variables que podemos influir, preparando el terreno para un diseño deliberado del camino.
Primeros principios: desmontar y recomponer
A partir de ahí, conviene razonar desde primeros principios: desarmar el problema hasta sus verdades físicas, económicas o lógicas, y recomponerlo sin heredar supuestos costosos. Documentado en el perfil de Tim Urban en Wait But Why (2015), este enfoque explica por qué, por ejemplo, evaluar baterías por el costo de sus materias primas llevó a imaginar reducciones drásticas de precio: si el níquel, el litio y el aluminio suman X, el resto es diseño y proceso. Al purificar la base, aparecen rutas que el pensamiento por analogía jamás mostraría.
Backcasting: diseñar desde el futuro
Luego, diseñar el camino exige elegir un destino y caminar hacia atrás. El backcasting propone describir con precisión el estado final deseado y, retrocediendo, fijar los hitos necesarios (John B. Robinson, 1990). Así, “cohetes reutilizables” se traduce en sub-metas como “aterrizaje controlado”, “protección térmica”, “integridad estructural”. Esta inversión temporal convierte un sueño en un plan secuencial y prepara la siguiente fase: experimentar.
Prototipar e iterar con disciplina
A continuación, la construcción ocurre mediante prototipos y ciclos cortos de aprendizaje. El método Lean Startup propone hipótesis, pruebas mínimas y medición para iterar con celeridad (Eric Ries, 2011). En la práctica, una serie de pruebas que fallan de forma contenida acelera la comprensión del sistema: cada dato comprado con poco riesgo hace más seguro el siguiente paso. De este modo, “fallar rápido” deja de ser eslogan para volverse un seguro de progreso.
Métricas y bucles de feedback
Asimismo, el camino se sostiene con métricas claras y bucles de feedback. Los OKR ayudan a anclar ambición y evidencias: Objetivos que inspiran y Resultados clave que verifican (Andy Grove, High Output Management, 1983; John Doerr, Measure What Matters, 2018). Indicadores como tiempo de ciclo, tasa de defectos o costo por unidad convierten la posibilidad en gobernanza; si los números no mejoran, el diseño debe cambiar. La medida, entonces, es brújula y espejo.
Riesgo, ética y resiliencia
Por último, construir no es solo técnica: requiere cultura de riesgo responsable y sentido ético. La investigación sobre seguridad psicológica muestra que los equipos aprenden más cuando es seguro admitir errores (Amy C. Edmondson, 1999). Al mismo tiempo, anticipar efectos sistémicos evita éxitos que dañan el entorno. Integrando propósito y prudencia, la ambición de “lo posible” deja huella duradera sin sacrificar a las personas ni al planeta; así, la invitación de Musk —pregunta, luego construye— se vuelve método replicable.