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Preguntar con valentía, actuar para hallar respuestas

Creado el: 23 de septiembre de 2025

Haz preguntas audaces; las respuestas llegan a quienes buscan actuando. — Desmond Tutu
Haz preguntas audaces; las respuestas llegan a quienes buscan actuando. — Desmond Tutu

Haz preguntas audaces; las respuestas llegan a quienes buscan actuando. — Desmond Tutu

El valor de la pregunta audaz

Para empezar, la invitación de Tutu condensa una ética de la transformación: las preguntas audaces rompen inercias, revelan puntos ciegos y abren posibilidades. Sin embargo, él advierte que la valentía no termina en el enunciado; comienza allí. Formular preguntas que incomodan exige humildad para reconocer lo que no sabemos y coraje para exponernos al cambio que podrían exigirnos. Así, la pregunta deja de ser un gesto retórico y se vuelve un compromiso con la realidad.

Del cuestionamiento a la práctica

A partir de ahí, la pregunta funciona como brújula que orienta el movimiento. El pragmatismo de William James en Pragmatism (1907) sugiere que la verdad se comprueba en sus consecuencias vividas; por eso, preguntar implica ensayar respuestas en el mundo. Un ejemplo elocuente: tras cuestionar el monopolio británico de la sal, Gandhi transformó la duda en acción durante la Marcha de la Sal (1930), revelando—al caminar—la respuesta política y moral al problema. La acción, por tanto, verifica y refina lo que la mente intuye.

Tutu: justicia, verdad y ubuntu en acción

En esa línea, Desmond Tutu unió pregunta y praxis al presidir la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Sudáfrica (1996–1998). Las audiencias públicas convirtieron “¿Qué ocurrió y cómo reparamos?” en procedimientos concretos—incluida la amnistía condicionada a la confesión plena (Truth and Reconciliation Commission Final Report, 1998). En No Future Without Forgiveness (1999), Tutu relata cómo la filosofía del ubuntu—“yo soy porque nosotros somos”—pasó de principio abstracto a prácticas restaurativas que devolvieron voz, memoria y dignidad a las víctimas.

Tradiciones que convierten preguntas en evidencia

A la luz de ello, la historia intelectual refrenda el mismo patrón. El método socrático, en la Apología de Sócrates (c. 399 a. C.), usa el diálogo para desmontar certezas y, acto seguido, invita a vivir de acuerdo con lo descubierto: la vida examinada exige cambios. Asimismo, la ciencia moderna—desde Novum Organum de Francis Bacon (1620) hasta los cuadernos de laboratorio de Marie Curie—traduce preguntas en experimentos repetibles, donde la acción metódica (medir, contrastar, replicar) convierte intuiciones en conocimiento fiable.

Aprender haciendo: de la reflexión a la praxis

De modo complementario, Paulo Freire define la praxis como “reflexión y acción” orientadas a transformar la realidad (Pedagogía del oprimido, 1968). En educación, esto se encarna en proyectos de Aprendizaje-Servicio: el alumnado investiga una necesidad (“¿qué barreras impiden leer en mi barrio?”) y diseña intervenciones (clubes de lectura, bibliotecas móviles), evaluando sus efectos para ajustar la estrategia. Así, la pregunta guía, la acción pone a prueba y el ciclo reflexión–acción profundiza el aprendizaje y el impacto.

Diseño, innovación y ciudadanía cotidiana

Finalmente, la innovación contemporánea sistematiza este impulso. El design thinking (Stanford d.school) propone empatizar, definir, idear, prototipar y probar; y Lean Startup convierte la pregunta en un ciclo “construir–medir–aprender” (Eric Ries, 2011). En política pública, el presupuesto participativo de Porto Alegre (desde 1989) mostró cómo la pregunta “¿cómo asignamos recursos?” se resuelve actuando con deliberación abierta. En la vida diaria, el método es el mismo: formula una pregunta valiente, da un primer paso observable y deja que la evidencia te muestre el camino.