Cambiar o perecer: la vigencia de Erasmo

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Cuando dejas de cambiar, estás acabado. — Desiderius Erasmus

Del aforismo al imperativo

“Cuando dejas de cambiar, estás acabado” condensa una ética del movimiento: vivir exige revisión constante. Erasmo no describe un capricho, sino la condición para permanecer íntegros en entornos que no cesan de transformarse. Así, el cambio deja de ser una amenaza y se vuelve un compromiso con la vitalidad, una disciplina de ajuste fino entre convicciones y circunstancias.

Humanismo en acción

Desde esa premisa, el propio Erasmo practicó el cambio como corrección y mejora. En Elogio de la locura (1511) satiriza dogmas para abrir espacio a la reforma, y en su edición del Nuevo Testamento griego (1516) promueve el ad fontes: volver a las fuentes para depurar errores. No es ruptura por gusto, sino un método de perfeccionamiento moral e intelectual sostenido por el diálogo y la evidencia.

La lección de la naturaleza

A ese impulso cultural se suma la evidencia biológica: On the Origin of Species (1859) muestra que la selección favorece la variación útil; la aptitud se mide por la capacidad de adaptarse a contextos cambiantes. La intuición es antigua—Heráclito afirmó que “todo fluye”—y la literatura la dramatizó en las Metamorfosis de Ovidio. Cambiar, entonces, no es traicionarse, sino sobrevivir con forma renovada.

Mente flexible y evidencia

En la esfera personal, la mentalidad de crecimiento descrita por Carol Dweck en Mindset (2006) vincula el progreso con la creencia de que las habilidades pueden desarrollarse. Además, la neuroplasticidad respalda esta postura: Draganski et al. (Nature, 2004) hallaron que aprender malabares modifica la materia gris de forma reversible. Por eso, cultivar hábitos de aprendizaje mantiene literalmente vivo al cerebro.

Organizaciones que aprenden o desaparecen

Trasladado al ámbito colectivo, el mensaje es nítido: empresas que no se ajustan se rezagan. Kodak, pese a inventar la cámara digital, quebró en 2012 por aferrarse al film; Blockbuster ignoró el streaming que Netflix abrazó. En contraste, el kaizen de Toyota y el ciclo de mejora continua de W. Edwards Deming (Out of the Crisis, 1986) muestran que iterar protege de la obsolescencia.

Una ética de humildad y renovación

En último término, cambiar exige humildad: aceptar que lo útil ayer puede estorbar hoy. Alvin Toffler, en Future Shock (1970), anticipó que la competencia clave sería aprender, desaprender y reaprender. Prácticas como solicitar retroalimentación, prototipar antes de escalar y reservar tiempo para la reflexión convierten la advertencia de Erasmo en rutina: mantenerse en movimiento para seguir siendo.