Ver para Ser: Representación que habilita futuros

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No puedes ser lo que no puedes ver. — Sally Ride

La intuición central de la frase

La sentencia condensa una verdad práctica: lo que vemos configura el mapa de lo posible. Cuando ciertos cuerpos, acentos o trayectorias están ausentes de los escenarios de prestigio, nuestra imaginación profesional y cívica se estrecha. Así, la visibilidad no es un adorno simbólico, sino una infraestructura de oportunidades. Ver a alguien “como yo” operar un telescopio, liderar un laboratorio o deliberar en un parlamento inaugura identidades plausibles. Y, a la inversa, la invisibilidad instala un techo de cristal cognitivo: sin referentes, cuesta reconocer habilidades, desear metas y perseverar ante los tropiezos.

Ecos históricos y autoría compartida

Desde esa intuición, conviene situarla en su genealogía cultural. La frase se atribuye con frecuencia a Sally Ride, primera estadounidense en viajar al espacio (1983), quien convirtió su notoriedad en pedagogía pública al cofundar Sally Ride Science (2001) para acercar referentes STEM a niñas. A la par, activistas como Marian Wright Edelman han popularizado formulaciones casi idénticas en el movimiento por los derechos civiles, subrayando que la representación es una herramienta de justicia, no solo de inspiración. Esta confluencia revela un consenso transversal: el acceso a modelos visibles es un prerrequisito para que el talento, distribuido de manera amplia, pueda traducirse en elección y logro.

Psicología: modelos de rol que abren caminos

A partir de esta genealogía, la psicología explica por qué mirar precede al ser. El aprendizaje social de Bandura (1977) muestra que observar a otros moldea expectativas y estrategias; vemos cómo se resuelven obstáculos y, por contagio, aprendemos que también podemos. Complementariamente, la Social Cognitive Career Theory de Lent, Brown y Hackett (Journal of Vocational Behavior, 1994) postula que la autoeficacia y la expectativa de resultados crecen cuando existen modelos de rol cercanos. En suma, no es un gesto simbólico: la visibilidad reorganiza creencias sobre competencia y viabilidad, dos motores silenciosos de cualquier trayectoria.

Estereotipos y sentido de pertenencia

Sin embargo, los modelos de rol operan dentro de contextos cargados de señales. Claude Steele, en Whistling Vivaldi (2010), documenta la amenaza del estereotipo: la ansiedad por confirmar prejuicios reduce el rendimiento y la persistencia. A la vez, Cheryan et al. (Journal of Personality and Social Psychology, 2009) mostraron que elementos ambientales —carteles, ejemplos, iconografía— activan o desalientan la ‘pertenencia ambiental’ en áreas como computación. Por ello, ver a alguien como uno importa tanto como ver que el entorno lo espera: cuando la escena dice “aquí encajas”, la motivación florece; cuando susurra lo contrario, se retrae.

Narrativas que transforman vocaciones

De ahí que las historias importen como infraestructura emocional. Hidden Figures (2016) reescribió el imaginario sobre la NASA al centrar a Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, recordando que el talento negro y femenino ya estuvo allí, aunque borrado del encuadre. En otra latitud cultural, el Geena Davis Institute reportó el ‘Efecto Scully’ (2018): mujeres expuestas a la científica de The X-Files declararon mayor interés y confianza en STEM. Estos casos ilustran que la ficción y la memoria histórica, al multiplicar rostros posibles, abren pasarelas hacia vocaciones antes impensadas.

Diseño de cambios: visibilidad con métricas

Para convertir estos hallazgos en cambios sostenibles, la visibilidad debe ser intencional y medible. Estrategias útiles incluyen: paneles y portadas con equilibrio representativo; colecciones de casos que muestren diversidad en problemas y soluciones; mentorías cruzadas y vitrinas de logros tempranos; y entornos físicos que señalen inclusión desde la puerta. Luego, medir exposición, pertenencia percibida y persistencia por cohortes permite iterar. Como subraya ONU Mujeres en sus informes, la representación no reemplaza reformas estructurales, pero acelera su eficacia: primero lo vemos, luego creemos que podemos; y entonces, con apoyos reales, lo hacemos.