Finalmente, vivir en un 'arcoíris de caos' implica abrazar la incertidumbre con curiosidad y apertura. Así como Cézanne reformuló la manera de ver el mundo a través de su arte, podemos aprender a transitar la complejidad cotidiana permitiendo que el colorido del caos nos enriquezca en lugar de asustarnos. En vez de buscar control absoluto, la aceptación del desorden deviene en fuente de resiliencia, innovación y belleza interior. [...]