Con todo, el fuego sin dirección agota y destruye. James Baldwin, en 'The Fire Next Time' (1963), advierte del costo de vivir atrapados en la furia sin horizonte. Por eso, establezca barandillas: descanso, humor, evaluación periódica y corrección de rumbo. Mida el ascenso no solo por victorias visibles, sino por cuánto ensancha la dignidad ajena. Finalmente, cierre el circuito: documente lo aprendido y devuélvalo a la comunidad. Así, la ira deja de ser una llama que consume para convertirse en una luz que guía, cumpliendo el llamado de Douglass: subir, sí, pero sobre todo, subir con otros. [...]