Por último, la huella de esta pasión traspasa el tiempo y el espacio. Las obras de los grandes creadores permanecen, guiando generaciones y abriendo nuevas sendas de pensamiento. De esta manera, Pessoa subraya que la pasión del artista no sólo es la más poderosa, sino también la más fecunda: es la semilla de la cultura y el testimonio vivo del potencial humano para reinventarse eternamente. [...]