Finalmente, aunque el tiempo con el perro viejo es finito, su legado emocional perdura en quienes lo han amado. Las historias y recuerdos compartidos suelen inspirar un aprecio renovado por la vida y sus ciclos. Como recuerda la propia Seward y distintos testimonios en foros dedicados al duelo animal, el amor de un perro anciano permanece como una estampa imborrable, enseñando a sus compañeros humanos sobre la gratitud, la lealtad y la belleza de acompañarse hasta el final. [...]