Finalmente, el proceso de cambiar nuestro pensamiento incluye cultivar autocompasión. Reconociendo nuestra humanidad y limitaciones, disminuye la autoexigencia que suele alimentar la frustración. Así, como sostiene Thich Nhat Hanh, al transformar nuestros pensamientos no solo gestionamos mejor la frustración, sino que también sembramos semillas de paz y equilibrio en nuestra vida diaria. [...]