Finalmente, cuando la fuerza se divorcia de la suavidad, sobrevienen las victorias pírricas: se gana el punto y se pierde la causa. Plutarco narra en la ‘Vida de Pirro’ cómo triunfos sin mesura minaron lo esencial. En lo cotidiano, la dureza sin cuidado erosiona confianza, multiplica resistencias y ciega la estrategia. Volver a Hafez es recordar que la ternura no debilita el golpe: lo afina. Solo así la fuerza alcanza su objetivo sin traicionarlo. [...]