A fin de cuentas, fomentar una cultura que integre el conflicto supone valorar la diversidad de ideas y entender los malentendidos como momentos de posibilidad. Siguiendo las ideas de Thich Nhat Hanh, la armonía florece allí donde se da espacio al diálogo y a la reconciliación, fusionando las diferencias en un tejido social más fuerte y creativo. Así, el progreso se forja no pese al conflicto, sino gracias a su integración consciente. [...]