Finalmente, al honrar la visión de Beattie y otros pensadores ilustrados, la educación emerge como un proceso continuo de autodescubrimiento y mejora social. Al priorizar el pensamiento autónomo, la enseñanza se convierte en un catalizador de ciudadanos críticos y comprometidos. En este sentido, el mayor legado que la educación puede dejar es el de mentes libres, capaces de forjar su propio destino y contribuir activamente a la sociedad. [...]