En última instancia, la propuesta de Cézanne nos anima a practicar una atención plena ante la experiencia cotidiana. En vez de buscar momentos extraordinarios, invita a renovar la emoción ante lo aparentemente ordinario. Como en la práctica del mindfulness, donde cada sentarse, caminar o respirar se convierte en una oportunidad para el asombro, cultivar la genialidad consiste en hallar profundidad y significado en lo habitual. [...]