Por último, “dejar que haga el trabajo pesado” implica diseñar sistemas que automaticen el cuidado. Rutinas de check-in, acuerdos de descanso y protocolos de desacuerdo reducen la carga de voluntad. Joan Tronto, en Moral Boundaries (1993), propone pensar el cuidado como labor política y organizada; cuando el cuidado es estructura y no anécdota, libera energía para crear. La investigación sobre hábitos de Wendy Wood (2019) añade que los entornos bien diseñados superan la fuerza de voluntad. En conjunto, estas piezas permiten que la amabilidad—firme, veraz y entrenada—mueva el mundo sin rompernos en el intento. [...]