Finalmente, la frase encierra un reto: reactivar la sensibilidad moral y no conformarse con la comodidad de una conciencia adormecida. A través del arte y la educación ética, se busca inquietar esa ‘almohada’ apacible, recordando que el verdadero descanso proviene de la integridad y no del autoengaño. Así, el proverbio sirve como advertencia y estímulo para el despertar individual y colectivo. [...]