Finalmente, la recompensa tras la lucha y la demora cobra un matiz emocional inconfundible. Más que el logro externo, es la sensación de haber recorrido el camino completo lo que convierte el éxito en algo realmente dulce. Esta experiencia, ejemplificada en la literatura clásica y en relatos personales de superación, fundamenta la afirmación de Alcott: sólo quien ha experimentado caídas puede saborear plenamente la cima. [...]