En el mundo acelerado y ansioso por resultados inmediatos, la lección de Aristóteles invita a la cautela y la paciencia. Tanto para evaluar el éxito de una nueva política pública como para valorar relaciones personales, debemos recordar que una señal aislada no basta para tomar decisiones trascendentales. Así, la prudencia y la observación continuada se convierten en virtudes tan esenciales hoy como lo fueron en la antigua Grecia. [...]