Finalmente, el equilibrio se vuelve ética pública. Martha Nussbaum, en Upheavals of Thought (2001), sostiene que las emociones juzgan lo que valoramos y, por tanto, poseen contenido cognitivo; educarlas fortalece la justicia. A la vez, el principio Ubuntu —“yo soy porque nosotros somos”— recuerda que la razón florece en vínculos. Cuando honramos la labor del corazón y los planes de la mente, nuestras obras ganan legitimidad, resiliencia y sentido. Así, el propósito deja de ser eslogan y se convierte en práctica: pensar con claridad para cuidar mejor, y cuidar con profundidad para pensar mejor. [...]