Finalmente, el proverbio invita a comprender que todos podemos encarnar el espíritu guerrero, ya que su esencia vive en cada corazón que ama y recuerda. Así, la figura del guerrero se convierte en símbolo de fortaleza y esperanza, guiando las acciones del colectivo incluso mucho después de la desaparición física del individuo. En suma, la vida eterna del guerrero se realiza en la memoria afectuosa y persistente de la comunidad. [...]