Finalmente, reconocer que la causa está oculta nos invita a la humildad y al análisis. Comprender verdaderamente los problemas—ya sean personales, sociales o naturales—requiere investigar más allá de los signos externos. Como sugiere Ovidio, solo adentrándonos en la ‘oscuridad’ de los orígenes podremos encontrar respuestas duraderas, guiándonos por la luz que arrojan los efectos visibles. [...]