Finalmente, las puertas más inesperadas suelen llegar por vínculos lejanos. Mark Granovetter (1973) mostró que los lazos débiles, como conocidos y colegas de colegas, son decisivos para descubrir oportunidades. Cuando actuamos con claridad y compartimos avances, esas conexiones transmiten nuestra señal a lugares que no alcanzaríamos solos.
No se trata de autopromoción vacía, sino de invitar a otros a participar en lo que nos importa. Contar el proceso, pedir retroalimentación y ofrecer ayuda crea reciprocidad. Así, la sinceridad inicial no solo abre puertas propias; también enciende luces en pasillos ajenos, y esa iluminación cruzada multiplica las posibilidades para todos. [...]