Finalmente, tras el esfuerzo paciente y sostenido, se experimenta una recompensa singular: la satisfacción de haber alcanzado una ‘perla’ propia. Esta felicidad no reside solo en el logro tangible, sino en la transformación que ocurre durante la búsqueda. Así, Tagore nos recuerda que el verdadero valor está tanto en el fruto final como en el crecimiento personal gestado en las profundidades del esfuerzo. [...]