Sin embargo, impulso no equivale a prisa. Para que sea aliado y no tirano, conviene alternar enfoque y recuperación, establecer límites y revisar el para qué. Ritualizar cierres diarios y celebrar avances evita el desgaste y refuerza el sentido.
Así, la cadena se cierra: la acción honesta enciende, el impulso sostiene y la reflexión calibra. Volvemos al principio con más lucidez, listos para el siguiente paso que, otra vez, empieza con sinceridad. [...]