Finalmente, reconocer nuestro paso fugaz nos anima a cultivar la gratitud por lo que recibimos del mundo. Al mismo tiempo, nos impulsa a actuar de manera responsable, conscientes de que cada decisión puede afectar a los próximos visitantes. De este modo, el antiguo proverbio se transforma en una brújula ética y espiritual que nos orienta hacia una vida más reflexiva y compasiva. [...]