Finalmente, Wilde celebra el misterio y la dignidad del saber que exige ser descubierto por uno mismo. Como ocurre con ciertos pasajes de la literatura o el arte, cuyo significado más íntimo cada persona encuentra de manera única, lo que verdaderamente importa no se puede enseñar, sino que se revela a quien busca de manera auténtica. Así, el aprendizaje se convierte en una aventura individual, irrepetible y profundamente humana. [...]