Finalmente, reconocer el sufrimiento invisible es el primer paso para acompañar a quienes lo padecen. Al crear espacios seguros para el diálogo y la escucha, ayudamos a restaurar la capacidad de sentir y compartir emociones. Así, el proverbio africano no solo describe una realidad, sino que motiva a tender puentes hacia quienes logran, detrás de sus ojos secos, sobrevivir a la pena más intensa. [...]